La ciencia del comportamiento vs. el coronavirus
Mientras los epidemiólogos trabajan día y noche para calcular la tasa de mortalidad del Covid-19, su facilidad de transmisión y otras estadísticas vitales, un grupo diferente de expertos está cuestionando el papel que la psicología humana podría desempeñar en el desarrollo de la pandemia.
Las nuevas medidas del gobierno, según sus expertos, tienen en cuenta estos factores de comportamiento, como el potencial de "fatiga" — la idea de que el cumplimiento público de las cuarentenas podría disminuir con el tiempo.
La lógica implícita era que pedir menos al público esta semana podría comprar un mayor cumplimiento en el futuro, cuando sea más crucial. También se consideraron factores como el potencial de soledad y estrés en el aislamiento.
La profesora Susan Michie, directora del Centro para el Cambio de Comportamiento en el University College de Londres y miembro del grupo asesor del gobierno, el Grupo Científico de Influenza Pandémica en Ciencia del Comportamiento, dijo que estas suposiciones se basan en parte en observaciones del comportamiento humano durante pandemias pasadas.
El conjunto de investigaciones incluyó una rápida revisión publicada en The Lancet el mes pasado sobre el impacto psicológico de la cuarentena, en la que se descubrió que el autoaislamiento puede provocar estrés postraumático, ansiedad, depresión e ira pública.
Las cuarentenas indefinidas sin un punto final bien definido —como las impuestas en Wuhan— corren el riesgo de tener los efectos secundarios más negativos, sugería el documento, recomendando que las cuarentenas se restrinjan al período de tiempo más corto posible y que se dé al público una justificación clara de tales medidas.
Otras investigaciones influyentes incluyen un documento del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de Dublín sobre la forma de aprovechar la ciencia del comportamiento para luchar contra el coronavirus. En él se determinó que al prolongar los períodos de aislamiento más allá de las sugerencias iniciales se corría el riesgo de desmoralizar a las personas y aumentar el incumplimiento. "Por lo tanto, la claridad y la certeza sobre los plazos son ambas importantes", concluye el documento.
El término "fatiga" evoca los sacrificios de la clase media, como sentirse encerrado en casa y no poder visitar a los amigos o las tiendas. Pero para algunos hay realidades más duras que dificultan el cumplimiento de medidas de distanciamiento social extensas, como las empleadas en Italia. Por lo tanto, proporcionar apoyo práctico a nivel comunitario, así como conseguir que la gente acepte los consejos de salud pública, es crucial.
"Hay tantas comunidades marginadas en términos financieros, que podrían no tener suficiente comida, cuyos hogares son fríos. Realmente no he escuchado suficientes planes detallados sobre eso todavía", dijo Michie.
Según Michie, los gobiernos suelen utilizar lo que se denomina el modelo COM-B de cambio de conducta, que establece que para llegar a un comportamiento particular y deseado, las personas deben tener la capacidad, la oportunidad y la motivación necesarias (COM). "A menos que se puedan marcar las tres, la conducta no va a suceder", dijo.
Los tres ingredientes esenciales también pueden estar interrelacionados, dijo. "La gente aceptará perder cosas y hacer sacrificios si hay equidad. La gente necesita un salario decente desde el primer día, de lo contrario, las desigualdades podrían aumentar y queremos que se reduzcan para que las personas sientan que estamos todos juntos en esto".
Para evaluar a la opinión pública en la actual pandemia, dijo Michie, el Departamento de Salud había realizado encuestas semanales sobre las actitudes y la concienciación, con la aportación de científicos del comportamiento y la psicología. "Eso está alimentando las [decisiones] del gobierno", dijo. "De acuerdo con las encuestas, algunas personas están preocupadas, pero otras no lo están tanto y no están cambiando su comportamiento. Hay una verdadera mezcla ahí fuera".
En un contexto de ambivalencia pública, esperar que la gente se retire a cuarentenas prolongadas podría resultar ineficaz. "Cuanto más preocupado estés, más probable es que te adhieras a ella", dijo Michie. "Si un gran grupo de la población no está tan preocupado y le pides a la gente que sacrifique mucho, no será tan efectivo si esas dos cosas coinciden".
El gobierno también puede tener en cuenta los cambios espontáneos de comportamiento, como las empresas que permiten a las personas trabajar desde casa, que no han requerido la intervención del gobierno.
"Estamos teniendo cambios instigados en muchos niveles diferentes de la sociedad", dijo Michie. "Eso es genial, porque nos moveremos en conjunto. Si tienes un enfoque muy de arriba hacia abajo, puedes acumular resentimiento y perder gente."
Michie dijo que, si bien tenía conocimiento de algunas pruebas psicológicas que probablemente hayan informado las decisiones del gobierno, ella y otros desearían una mayor transparencia sobre la base de la evidencia.
"Sería muy útil si explicaran por qué no vamos a ir más lejos en el camino de la cancelación de grandes eventos y así sucesivamente", dijo. "Sabemos que la transparencia es realmente importante para la confianza. Y la confianza es realmente importante para la adhesión.".
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Texto publicado originalmente en The Guardian, bajo el título «Behavioural scientists form new front in battle against coronavirus».
** Jorge Guzmán (@JorgeGuzman_) es politólogo y publiadministrativista por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es Coordinador General de Proyectos en BPP A.C.
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* Hannah Devlin (@hannahdev) es corresponsal de la sección de ciencia de The Guardian. Es Doctora en imágenes biomédicas por la Universidad de Oxford. Presenta el podcast de Science Weekly.
** Jorge Guzmán (@JorgeGuzman_) es politólogo y publiadministrativista por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es Coordinador General de Proyectos en BPP A.C.
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