¿De qué trata esto?

De los negocios y el marketing a la salud pública y la educación; del arte y la poesía a las políticas sociales y la economía; del derecho y las instituciones a la terapia psicológica y la medicina preventiva, todo se trata -incluido lo que sentimos y pensamos- de conducta humana. La pregunta fundamental es: ¿Qué es lo que nos lleva a comportamos tal y como lo hacemos y qué podemos hacer para cambiarlo? Saberlo es útil para la vida cotidiana, pero es incluso mucho más importante para resolver los problemas más grandes a los que hoy hacemos frente como sociedad. Acabar con el hambre, la desigualdad, la pobreza, el racismo, el sexismo, la guerra, y el analfabetismo; procurar educación de calidad para todos y acceso a servicios de salud adecuados; disminuir al mínimo la violencia y el malestar psicológico que las personas experimentan y, en general, crear las condiciones necesarias para garantizar el bienestar de todas las personas, en todas partes del mundo hoy y en el futuro.

El ideal de construir “un mundo mejor” no tiene nada de nuevo. Por citar a Beaudelaire (radicalmente fuera de contexto, por supuesto) se trata de un sueño que, pese a haber sido soñado por todos, no ha sido realizado por nadie. El socialismo utópico y el científico, el positivismo de Comte y prácticamente toda la ciencia moderna han tenido por imperativo ético el crear un mundo mejor y muy frecuentemente también se ha calificado a esta meta como ingenua e irrealizable. ¿Lo es en realidad? Nosotros estamos totalmente convencidos de que no. Si bien los asuntos humanos son probablemente el tema sobre el que más se ha reflexionado en la historia del pensamiento, poco de lo que se ha dicho ha resultado útil para comprenderlos verdaderamente. ¿Pretendemos acaso crear un nuevo enfoque revolucionario sobre la conducta humana que desplace hacia el basurero de la historia y el pensamiento todo lo que se ha dicho antes sobre la cuestión? Por supuesto que no. Las bases ya han sido sentadas. Lo único que buscamos es difundirlas y volverlas fáciles de comprender para que así podamos comenzar a hacer uso intensivo de tecnología conductual científicamente diseñada para lograr objetivos socialmente relevantes, y no solo para aumentar las ganancias económicas de unos cuantos,  como comúnmente se ha hecho.

Hablar de política pública conductual es hablar de política pública basada no solo en evidencia estadística sino también en conocimiento científicamente adquirido acerca de los factores que controlan el comportamiento. Tal y como existe hoy en día, la política pública conductual se nutre principalmente de las propuestas de economía conductual que a su vez se nutre de la psicología cognitiva.  Curiosamente, muchas de sus grandes aportaciones coinciden con las que el análisis experimental del comportamiento había puesto sobre la mesa y practicado desde hace más de cincuenta años. En BPP, no pretendemos más que hacer todo esto de una manera más parsimoniosa y eficaz en nombre de un bien común.

Dicho esto, no hay mucho que agregar. Aquí encontrarás algunos ensayos y contenidos relacionados con la aplicación del análisis experimental del comportamiento a la solución de problemas sociales y, de vez en cuando, algunas publicaciones con comentarios y ejemplos prácticos para ilustrar cómo funcionan los principios de el análisis de comportamiento en la vida cotidiana.

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Comentarios

  1. En hora buena por habilitar este espacio, estaré al pendiente para darle buen uso a sus entradas.

    ¡A darle!

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