Golpes de realidad: “Sembrando Vida” más allá del despacho


Jorge Guzmán* (@JorgeGuzman_)

«La oposición está moralmente derrotada», con estas palabras, el Presidente Andrés Manuel López Obrador cerraba la presentación del Tercer Informe de Gobierno al Pueblo de México (o Primero, en términos del artículo 69 de la Constitución) frente a una concurrencia repleta de actores políticos y empresariales que otrora figuraron como férreos antagonistas a la llegada al poder del tabasqueño. El alegato es demoledor: los adversarios políticos del actual régimen, aglutinados en partidos políticos, patronales y organizaciones de la sociedad civil, han perdido el relato. Su discurso no interpela a los sectores mayoritarios de la sociedad, cada día son exhibidas en la plaza pública las parvedades de un modelo de hacer política que dominó hasta hace nueve meses y, para su desgracia, todo juicio hacia las acciones gubernamentales es caricaturizada por la superficialidad de las mismas.

Sin embargo, para fortuna de la democracia mexicana, al margen la institucionalidad formal y los poderes fácticos, se mantienen organizaciones con legitimidad popular y notable admiración, incluso desde esferas cercanas a la actual administración, con capacidad de cuestionar las políticas públicas puestas en marcha hasta ahora. Probablemente, una de las colectividades que de mejor forma ha desempeñado este papel es el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), mediante la publicación periódica de comunicados ─firmados por los Subcomandantes Galeano y Moisés, respectivamente─ en los cuales se ha hecho la crítica de los programas sociales dirigidos a la población más pobre y marginada, así como de los proyectos de inversión (infraestructura) en regiones donde los derechos de los pueblos originarios pueden ser vulnerados. Objetados por el estilo ácido y severo con el que se refieren a la autodenominada Cuarta Transformación y sus liderazgos, pese a ser el tono recurrente a través del cual los voceros del EZLN se expresan sobre el sistema económico y el poder político institucionalizado, efectuaron un prodigioso análisis sobre la implementación del Programa Sembrando Vida que debe ser estudiado a profundidad por los hacedores de política y los funcionarios de alto nivel dentro del gobierno de México.

De acuerdo con la titular de la Secretaría de Bienestar, dependencia encargada de la puesta en marcha del Programa Sembrando Vida, éste “consiste en rehabilitar terrenos deforestados o dañados por procesos agrícolas, sembrando alimentos en una primera etapa y árboles maderables después”, mediante un incentivo dirigido “a los productores del campo a recuperar sus tierras y no abandonarlas, (…) [se] les entregará un pago de cinco mil pesos mensuales ($5,000), por trabajar en su propio ejido de lunes a sábado”. En este sentido, el texto publicado en el portal Enlace Zapatista el 15 de agosto de 2019, titulado «Sonata para violín en sol menor: DINERO», considera que estas declaraciones son falsas pues “al campesino se le entregan máximo $4,500 (y en algunos casos sólo $4,000)”. La razón explicada a los zapatistas consiste en “que los otros $500 se van a un fondo de ahorro. El destino de ese fondo de ahorro es incierto. A los beneficiarios les dicen que son ‘para los viejitos’; o que son para luego comercializar la madera y las frutas”. Según los cálculos del EZLN, Banco Azteca, institución financiera encargada de la distribución de los apoyos económicos a la que califican de irónicamente de “desinteresada”, “filantrópica” y “vehículo de las bendiciones de la 4T”, dispondría de 115 millones de pesos al año (si se considera la retención de $500 a 230 mil personas beneficiarias), por lo que sugieren consultar a cualquier economista “qué es lo que los bancos hacen con los ahorros de los cuentahabientes”, insinuando un uso indebido de los recursos. No obstante, estos dichos han sido refutados por la Secretaria María Luisa Albores al señalar que “de los $5,000 que se les pagará, $4,500 se depositarán en las tarjetas del Bienestar y los otros $500 (restantes) irán a una caja de ahorro, que en principio se puede usar con ese fin pero cuando crezca podría convertirse en un fondo de créditos para proyectos productivos de la misma comunidad”. Esta caja, como se detalla en los Lineamientos de Operación del Programa, se trata del denominado "Fondo de Bienestar" erigido “bajo la modalidad de Fideicomiso privado en BANSEFI (hoy Banco del Bienestar), cuyo fin servirá para apoyar a los productores a consolidar sus medios de producción y de vida familiar a mediano y largo plazo”. 

Pese a que este no está administrado por la banca de Salinas Pliego como discernía el zapatismo, debería existir un temor generalizado sobre la administración del dinero debido a la opacidad que rige en los fideicomisos (públicos y privados), por lo que será necesaria la continua rendición de cuentas por parte de la banca de desarrollo sobre la situación que guarda dicho fondo. Además, conforme a los Lineamientos el hecho de que la filial bancaria de Elektra funja como medio de distribución es una mera excepcionalidad dada la penetración territorial con la que cuentan (por desgracia), pues la normatividad señala que “[en] las localidades donde no existan instituciones financieras con sucursales o con mecanismos para retirar dinero en efectivo” se establecerán “los acuerdos, convenios o contratos necesarios […] que aseguren la implementación de mecanismos cercanos al lugar de residencia” de las personas beneficiarias.

Una segunda preocupación del EZLN sobre Sembrando Vida es la duración del programa. Es cierto, México no cuenta con programas transexenales debido a que cada gobierno decide ajustar las políticas con base en su estilo y prioridades, así que una acción como la discutida en estas líneas necesita continuidad debido a que los árboles frutales y maderables requieren de cuidados que sobrepasan el «tiempo político-electoral». Los zapatistas estiman que cada cedro o caoba tardará unos 30 años para que sean comerciables, es decir, cuatro sexenios; por tanto, “durante los próximos 29 años, los beneficiarios recibirán cuatro mil quinientos pesos mensuales”. En consecuencia, exhortan, fieles a su estilo, a que se asegure “que el Bolsonaro-Macri-Moreno que ya acecha para relevar la administración […], se comprometerá a mantener ese programa”. Esta legítima petición, sin embargo, se resuelve, en parte, con la figura del fideicomiso, pues posee reglas estables en el tiempo tal como se ha observado en el Fondo de Desastre Naturales (Fonden) que, a pesar de ser exiguo para la atención de catástrofes sociales de gran magnitud, ha permanecido en el tiempo por encima de cualquier coyuntura política desde 1996. Empero, el Subcomandante Galeano continúa mostrando su intraquilidad ante el destino del capital luego de estimar que, al término del periodo presidencial de López Obrador, la hucha reunirá entre 6,900 y 13,800 millones de pesos, por lo que en caso de no repetir el mismo proyecto político en el Ejecutivo y el Legislativo, “dios no lo permita”, afirma, y continúa, “el ‘beneficiario’ se convertirá en ‘perjudicado’: tendrá 2 hectáreas y media inútiles porque ya no tendrá la paga para remediar el haber perdido sus animales (se debe usar potrero), o su milpa (si se siembran los árboles en acahuales de ‘recambio’)”. 

Un tercer señalamiento formulado por el EZLN es una presunta reforma agraria de facto, continuista con el proyecto de Carlos Salinas de parcelación de la propiedad comunal, como condición para ser parte de Sembrando Vida. Según los testimonios, para que una comunidad ejidal pueda acceder al programa, los ejidatarios con derechos agrarios deben ceder a los solicitantes dos hectáreas de las que son su derecho; en otras palabras, “consiste en quitarle tierra a los que menos tienen, y ‘repartirla’.”. Además, esta forma de reparto del terreno ha derivado, insisten, en actos de corrupción y en disputas comunales y familiares en comunidades partidistas debido a la negativa de los ejidatarios titulares que se niegan a entregar a sus hijos dichas hectáreas. Estas afirmaciones coinciden con el mandato de las reglas de operación pues, de acuerdo con estas, “si el sujeto de derecho tiene una superficie mayor a 2.5 hectáreas, podrá ceder a familiares o a terceros el uso y goce de hasta 17.5 hectáreas de tierra, mediante la celebración de contratos de aparcería” autorizados por la Asamblea Ejidal. Por sí misma, la redacción de esta reglamentación es idónea para dar origen a pugnas intrafamiliares por la individualización de la entrega del programa; de considerar al ejido como una colectividad, quizá se reduciría la conflictividad y podría ser resuelto mediante la decisión mayoritaria de la Asamblea, máximo órgano decisorio de los ejidos. Sin embargo, en cualquiera de las dos alternativas, es clave la intervención de funcionarios públicos que expongan ante las autoridades ejidales el contenido del Programa Sembrando Vida y la información adecuada para hacer del pleno conocimiento de las personas los alcances de la política pública y las razones que, eventualmente, los llevaría a inscribirse.

Esta última afirmación se vincula con dos reparos en torno al diseño mismo del programa gubernamental: 1) en regiones como los Altos de Chiapas, los campesinos no miden sus tierras (parajes) con base en hectáreas, sino bajo la lógica de “tareas”; 2) muchas personas participantes del programa han incurrido en prácticas como la simulación de la preparación del terreno: se “prestan” hectáreas para la verificación del gobierno o sobornan al encargado para que recoja información falsa sobre la situación que guarda el avance de la política. En el primer caso, los campesinos utilizan la misma fracción de tierra (o “tarea”), que en la mayoría de las ocasiones no alcanza las dos hectáreas, para sembrar maíz, frijol y verdura; de sembrar lo que Sembrando Vida indica, su pequeña porción de tierra estaría imposibilitada por más de veinte años para sembrar los víveres para su subsistencia a costa de recibir un pago del que se desconoce su uso. Sobre la segunda situación, el EZLN ha documentado casos que, en síntesis, describen el escenario de la siguiente manera: “tú pon ahí que sí estoy haciendo el vivero y que tengo las 2 hectáreas, yo te paso un tanto de los 4 mil 500”.

¿Qué relación guarda lo anterior con el análisis conductual del comportamiento?

El EZLN reservó hacia el final de sus críticas a la política pública una observación que vale la pena rescatar:

«Según la página electrónica del Grupo Elektra, cada tienda cuenta con una sucursal de Banco Azteca. Es decir, el campesino va al banco a recoger su limosna que no es limosna. Ahí mismo lo atiende una persona con una playera con el logotipo del banco y del gobierno de la 4T. Como debe de ser, la persona le recomienda al campesino el ahorro y los seguros: “Uno nunca sabe lo que puede ocurrir. Por ejemplo, que le roben la motocicleta… ¡¿Cómo?! ¿No tiene motocicleta? No se preocupe, tiene usted suerte, siempre he dicho que la gente con suerte a veces no se da cuenta de lo que tiene. Mire, aquí tenemos esta poderosa máquina de 125 centímetros cúbicos, marca Italika (filial del Grupo Elektra), que usted puede llevarse ya. Sí, ahorita mismo. Y sólo por ser usted, le voy a regalar el casco. ¿Es usted soltero? ¿Sí? Se me hace raro, porque alguien tan apuesto como usted… Bueno, mire, en esta moto cabe muy bien otra persona. Ya verá usted que todas las muchachas van a querer que las lleve a pasear. Mire, es mejor comprar en paquete, ¿me entiende? Así se evita usted vueltas. Entonces, yo le recomiendo que de una vez abra su cuenta aquí en el banco, agarre el seguro que le ofrecen (es obligatorio para abrir una cuenta), compre la moto a plazos y de una vez asegurada, por si se la roban o se descompone. Así usted va a regresar a su pueblo en moto y con todo y casco”»

En otras palabras, las personas beneficiarias del programa Sembrando Vida, que reciben los apoyos monetarios a través de las ventillas de Banco Azteca, son objeto de la aplicación de técnicas para motivar al consumo de los productos que las tiendas Elektra ofrecen. El ejemplo que en el comunicado zapatista se brinda al lector, exhibe cómo el hecho de utilizar la infraestructura anexa a una tienda departamental aumenta la probabilidad de convertir en consumidores de un producto que la gente no necesita, sin embargo, induce su compra. El presunto ahorro que buscan implementar reteniendo un cierto monto, es inútil en tanto la persona beneficiaria no destine su capital en cubrir las necesidades para lo cual fue dispuesta la política: a la postre es posible que, pese a la entrega de recursos económicos, las familias mantengan las mismas problemáticas cotidianas en torno a la alimentación, salud, educación y demás asuntos de primera índole, y el programa público fracase. Es de esperarse, entonces, que en la medida que la política deba ser evaluada, se presente un diferencial entre la situación que guardan las personas que han sido beneficiadas mediante la entrega en la banca de desarrollo y aquellas que lo reciben vía Elektra.

Si bien los propios zapatistas reconocen que este fenómeno puede ser único en esa “pequeña porción de un pequeño estado de la república”, esta política tiene como destinario principal regiones como esta. Empero, a pesar de que el diseño del programa apostaba por eliminar a los “intermediarios”, convertir la excepcionalidad en la normalidad donde el Banco Azteca ─y Elektra─ intervienen, puede convertirlos en los verdaderos beneficiarios por la simple ubicación en donde se entregan los dineros. En consecuencia, la implementación de uno de los programas más ambiciosos de la presente administración deberá tener en cuenta estos detalles que, pese a parecer menores, implican el cumplimiento de los objetivos presupuestados y, sobre todo, la mejora de la vida de millones de personas. La respuesta pareciera obvia: expandir al Estado y a la banca pública en aquellos espacios que el ámbito privado ocupó para sacar réditos de las condiciones de marginación y pobreza, con el fin de garantizar que la conducta de las personas beneficiarias de la política esté orientada a la satisfacción del bienestar individual y familiar; o bien, seguir manteniendo en manos de particulares, que ajusten el comportamiento de la gente desde las cajas de cobro que inducen al consumo egoísta, que únicamente pretenden aumentar su riqueza.

«¿Y la moto? Bueno, eso ya no sabemos, porque el compa se tuvo que regresar en transporte público, su cuñado se gastó lo que le sobraba del abono de la moto y los seguros, en latas de cerveza. No cabían los dos. O las latas de cerveza o el compa. Ganaron las latas. El compa zapatista regresó bravo: “qué soltero ni que nada, si está casado con mi hermanita y ya van para el cuarto chamaco, ah pero deje que se entere mi hermanita, ahí sí va a necesitar el seguro mi cuñado”.»

Referencias

· Animal Político. Las etapas y las metas del programa de siembra de árboles al que el gobierno de AMLO destinará 15 mil mdp. [Consultado el 9 de septiembre de 2019].https://www.animalpolitico.com/2019/01/las-etapas-y-las-metas-del-programa-de-siembra-de-arboles-al-que-el-gobierno-de-amlo-destinara-15-mil-mdp/

· EZLN. Sonata para violín en sol menor: Dinero. Enlace Zapatista. 15 de agosto de 2019. [Consultado el 9 de septiembre de 2019]. http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2019/08/15/sonata-para-violin-en-sol-menor-dinero/

· Secretaría del Bienestar. Lineamientos de Operación del Programa Sembrando Vida. Diario Oficial de la Federación. 2 de enero de 2019. [Consultado el 9 de septiembre de 2019]. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/435247/Lineamientos_de_Operaci_n_del_Programa_Sembrando_Vida.pdf

· Secretaría del Bienestar. Programa Sembrando Vida. 12 de febrero de 2019. [Consultado el 9 de septiembre de 2019]. https://www.gob.mx/bienestar/acciones-y-programas/programa-sembrando-vida

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*Jorge Guzmán (@JorgeGuzman_) es politólogo y publiadministrativista por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente es Coordinador General de Proyectos en BPP A.C.

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