Acoso. Sé más que un testigo


Por Iseult Cremen (@CremeFresh)* y Tiina Likki (@tinnalikki)** | Traducción al español por Jorge Guzmán (@JorgeGuzman_)***

A raíz del movimiento #MeToo, muchas organizaciones y universidades están buscando estrategias basadas en evidencia para combatir el acoso sexual.

Alentar a los espectadores, aquellos que presencian o escuchan sobre el acoso sexual, a que actúen es una forma prometedora de hacerlo.

Cuando los espectadores toman medidas, protegen y apoyan a la persona en cuestión, desalientan al perpetrador y demuestran que el sexismo y el acoso sexual no son aceptables en ningún entorno, ya sea un lugar de trabajo, un campus universitario o la comunidad en general.

El desafío es que, aunque muchas personas quieren intervenir cuando son testigos de estos comportamientos, la mayoría no lo hacen. La investigación realizada por la Comisión de Derechos Humanos de Australia encontró que 1 de cada 4 estudiantes informó haber sido acosado sexualmente en entornos universitarios australianos en 2016, pero solo el 20% de los espectadores en estas situaciones informaron haber tomado alguna medida. La inacción puede deberse al miedo, la ansiedad, la preocupación por lo que pensarían los demás y la falta de habilidades y confianza.

Nuevos y emocionantes hallazgos del Behavioural Insights Team muestran que es posible ayudar a los espectadores a superar estas barreras y tomar medidas. En nuestro trabajo con la Fundación para la Promoción de la Salud de Victoria, nos asociamos con dos universidades y llevamos a cabo ensayos para ver si las conocimientos sobre el comportamiento pueden capacitar a más personas para actuar contra el sexismo y el acoso sexual. Puede encontrar un resumen de nuestros resultados aquí, junto con herramientas y guías para ejecutar su propia campaña de acción de espectadores.

Nuestra intervención puso a prueba una serie de mensajes para alentar a las personas a tomar medidas después de presenciar el sexismo y el acoso sexual.

Enviamos una serie de cinco correos electrónicos con información sobre el comportamiento a poco menos de 30,000 empleados y estudiantes. Éstos proporcionaron consejos específicos sobre cómo tomar medidas. Llamamos a esto el elemento "know-how" de la intervención.

Agregamos dos tipos diferentes de mensajes de normas sociales al texto de know-how para ver si aumentaban el impacto de los correos electrónicos. Los destinatarios vieron un mensaje de «norma de la mayoría», por ejemplo: "la mayoría de nosotros que estudiamos en el campus creemos que es correcto llamar a alguien para hacer bromas o comentarios sexistas ... Y el 78% dijo que ellos mismos intervendrían si veían sexismo y acoso sexual en campus", o un mensaje de «norma minoritaria», por ejemplo: "La mayoría de nosotros que estudiamos en el campus creemos que es correcto llamar a alguien por hacer bromas o comentarios sexistas ... Pero solo el 46% de nosotros lo hacemos".

Comparamos estos nuevos mensajes con un grupo de control que no recibió correos electrónicos. Los resultados mostraron que las personas que recibieron mensajes de normas sociales mayoritarias tenían más probabilidades de tomar medidas contra el acoso sexual en comparación con el grupo de control.

Figura: Tasas de permanencia activa después de haber sido testigo de acoso sexual en las últimas 8 semanas


También examinamos el impacto de los mensajes en los comportamientos sexistas. Para las mujeres, las que recibían mensajes de normas sociales también fueron más propensas a tomar medidas contra los comportamientos sexistas. Definimos comportamientos sexistas como hacer suposiciones sobre las habilidades o actitudes de una persona en función de su género; responder de manera diferente a los mismos comportamientos cuando son exhibidos por mujeres y hombres; o hacer comentarios o bromas sexistas.

Curiosamente, las series de correos electrónicos no fueron efectivas para alentar la acción de los espectadores contra el sexismo entre los hombres. Encontramos que los hombres también eran menos propensos que las mujeres a notar el sexismo y el acoso sexual, y menos propensos a reconocer que requerían intervención. Las iniciativas futuras destinadas a alentar a los hombres a tomar medidas contra el sexismo podrían centrarse más profundamente en explicar qué es el sexismo, cómo identificarlo y por qué es problemático; y usar normas sociales o mensajeros de grupos con los que los hombres tienen más probabilidades de identificarse.

Aprendimos una serie de lecciones importantes durante este trabajo, que serán valiosas para otros que buscan combatir el acoso sexual. 

En primer lugar, es crucial diseñar mensajes que se ajusten a su contexto específico. Hemos proporcionado una serie de herramientas para diferentes contextos, pero es importante asegurarse de que sean adecuadas para su organización. El co-diseño de los materiales de intervención con su público objetivo es clave,  y también es importante probar diferentes mensajes para ver qué funciona mejor para diferentes cohortes. En segundo lugar, cuando evalúa su intervención, hágalo midiendo el cambio de comportamiento, no solo las intenciones de las personas de actuar. Décadas de investigación han demostrado que las intenciones de la gente de actuar no eran buenos pronosticadores para tomar medidas.


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Texto publicado originalmente el Blog de The Behavioral Insights Team, bajo el título «How to stop sexual harassment as a bystander».
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* Iseult Cremen (@CremeFresh) es Doctora en Psicología por la Trinity College de Dublín y Asesora Asociada, especialista en empleo, el género y la diversidad, y la salud, del BIT.team en la oficina de Sydney, Australia. 

** Tiina Likki (@tinnalikki) es Asesora Principal del BIT.team en Europa, especialista en igualdad de género, comportamiento organizacional y políticas de empleo. Es fundadora del programa Gender and Behavioural Insights (GABI), que reúne al gobierno del Reino Unido, grandes socios corporativos y a académicos para evaluar las prácticas de las empresas con el fin de mejorar la igualdad de género.

*** Jorge Guzmán (@JorgeGuzman_) es politólogo y publiadministrativista por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente es Coordinador General de Proyectos en BPP A.C.

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