La ciencia del comportamiento debe estar en el centro de la respuesta al Covid-19


Por Susan Michie* | Traducido por Isaac Vázquez (@Itzhak_Vazquez)**

La conducta humana determinará la rapidez con que se propagará el Covid-19 y la mortalidad. Por lo tanto, la ciencia del comportamiento debe estar en el centro de la respuesta de salud pública. Mientras que las agencias de respuesta se mueven rápidamente para emitir consejos destinados a concienciar e informar al público y a los profesionales de la sanidad sobre las medidas que deben adoptarse para reducir al mínimo la transmisión, el cambio de conducta ante una pandemia inminente puede ser lento y tal vez tardío para evitar cientos o miles de muertes potencialmente evitables. Es importante que aprendamos las lecciones de acontecimientos anteriores y actuemos ahora para garantizar que la ciencia del comportamiento se encuentre en el centro de la planeación y ejecución de la respuesta de salud pública destinada a mitigar los efectos del Covid-19. [1]

La experiencia de incidentes anteriores subraya la importancia de asegurar que se delineen los comportamientos protectores y que se actúe en el asesoramiento conductual al público y a los profesionales de la salud. El aumento del número de pacientes no afectados que ingresaron en los centros médicos durante el brote de SARS y la escasa utilización de la vacuna contra el virus H1N1 durante la pandemia de 2009-10 deberían servir de recordatorio de ello. [2,3] Asimismo, las emergencias como los brotes de enfermedades infecciosas pueden dar lugar a conductas pro-sociales y de adaptación espontáneos en las poblaciones afectadas, que es necesario entender y orientar. Una nueva pandemia pondrá a prueba la capacidad de cualquier sistema; el éxito de nuestros esfuerzos de mitigación dependerá inevitablemente de las redes informales de apoyo y atención familiar y comunitaria.

Para el público, debemos proporcionar información procesable para la autoprotección y una guía clara para la búsqueda de tratamiento. [4] Hay una ciencia detrás de cómo hacer que la información sea viable. El primer paso es identificar con precisión qué comportamientos están involucrados: quién necesita hacer qué, cuándo y dónde. El segundo es asegurar que las personas tengan la capacidad, oportunidad y motivación para adoptar las conductas deseadas; si falta alguna de ellas, el comportamiento no se producirá. [5]

Un revisión de los consejos emitidos por la Organización Mundial de la Salud, los Centros para el Control de Enfermedades y la Salud Pública de Inglaterra, sugieren 13 conductas importantes para reducir la transmisión. (Tabla 1) [6, 7, 8] La importancia relativa de cada comportamiento puede diferir de un país a otro dependiendo del contexto local. Cada uno de estas conductas requiere sub-comportamientos que pueden diferir2 según la situación. Cada comportamiento implica diferentes desafíos en cuanto a la motivación, la capacidad y la oportunidad necesarias para llevarlos a cabo. Debemos considerar ahora cómo hacer frente a estos desafíos.

 Grupo de conductas
 Comportamiento

 Higiene de Manos


1. Lavarse las manos regularmente con agua y jabón durante al menos 20 segundos



2. Siempre lávese las manos:
  • después de toser y estornudar
  • después de tocarse la nariz o la boca
  • posterior al cuidado de los enfermos
  • antes, durante y después de la preparación de la comida 
  • antes de comer
  • después de usar el baño
  • después de manipular animales o desechos de animales


3. Si no hay agua y jabón, usa un desinfectante para manos a base de alcohol. Esto es particularmente importante después de tomar el transporte público.


Higiene de las superficies


4. Limpiar y desinfectar los objetos y superficies que se tocan con frecuencia en el hogar y en el trabajo.


Respiratorias

5. Tose o estornuda en la curva del codo o pañuelo desechable. Ahoga el estornudo tanto como sea posible.




6. Desecha inmediatamente el pañuelo desechable en un recipiente cerrado después de toser o estornudar.


Contacto


7. No te toques la boca, los ojos o la nariz con las manos sin lavar.



Auto-aislamiento


8. Si tiene síntomas o se le recomienda, quédete en casa durante 14 días.



Distanciamiento social

9. Si no cuidas a una persona sintomática, evita el contacto y la proximidad. Mantén la distancia entre ti y otras personas, especialmente las que tosen, estornudan o tengan fiebre.



Atención médica

10. Si tienes fiebre, tos y dificultad para respirar, busca asesoramiento médico con antelación y describe el historial de viajes anteriores al profesional de la salud.




11. Si llegaste recientemente de ciertos países en los últimos 14 días, llama a una línea telefónica de ayuda.


Equipo de protección personal


12. Si estás cuidando a alguien que ha sido diagnosticado, usa cubrebocas, protección ocular y guantes.

Seguridad de los alimentos


13. Evita comer productos animales crudos o poco cocinados. Manipula la carne, la leche o los órganos animales crudos de manera que se evite la contaminación cruzada con otros alimentos.



Como hay mucho que no sabemos sobre la transmisión del Covid-19, es importante continuar con la investigación. La agenda de investigación de la ciencia del comportamiento debe incluir el estudio de:
  • Los niveles actuales de conocimiento, ansiedad y confianza de la población en las agencias encargadas de dar respuesta a la contingencia, las posturas hacia las medidas de salud pública de COVID-19 y la influencia de las estrategias de comunicación en estas variables.
  • Obstáculos y facilitadores para las intervenciones de salud pública, incluida, por ejemplo, el cumplimiento de los protocolos de autoaislamiento.
  • Adaptación de las necesidades de información a los subgrupos, incluidos los sectores de población heterogéneos y los profesionales de la salud.
  • El impacto psicológico y social, intencional y no intencional, de las intervenciones de salud pública y de comportamiento diseñadas para cambiar las conductas relacionadas con la transmisión (por ejemplo, la ansiedad y el estigma).
  • Las preocupaciones, intenciones y comportamientos de los trabajadores de la salud.
  • La gestión de las personas no infectadas o con enfermedades leves, a fin de proporcionar información específica y tranquilidad, y prevenir la participación innecesaria en los servicios de salud.
  • Los cambios en los patrones de contacto entre el público en general como resultado de la información, los rumores o las intervenciones de salud pública, como el cierre de escuelas. 
  • Gestionar y mitigar las consecuencias del ausentismo y el presentismo relacionados con COVID-19 en las escuelas y en el lugar de trabajo.
A fin de preparar a la población del Reino Unido de la manera más eficaz, para ayudar a contener el Covid-19 y reducir la transmisión si se generaliza en el futuro, es necesario integrar plenamente la ciencia del comportamiento en la respuesta de salud pública del Reino Unido.


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Texto publicado originalmente en el blog del British Medical Journal, bajo el título «Behavioural science must be at the heart of the public health response to covid-19».

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* Susan Michie es profesora de Psicología de la Salud y Directora del Centro para el Cambio de Conducta en el University College de Londres y miembro del Grupo Científico de Influenza Pandémica en la Ciencia del Comportamiento (SPI-B): 2019 Novel Coronavirus (Covid-19).

** Isaac Vázquez (@Itzhak_Vazquezes politólogo y psicólogo científico por la UNAM. Es presidente y cofundador de BPP A.C.

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