Cómo hacer que los cubrebocas sean divertidos, prácticos y populares

Por Sara Isaac* | Traducción por Jorge Guzmán** (@JorgeGuzman_).

El fin de semana pasado, un colega mío que vive en el área de Tampa Bay en Florida, hizo espontáneamente una encuesta mientras estaba fuera de casa para realizar los mandados del sábado. Sorprendida al ver a la mayoría de las personas con la cara descubierta, decidió preguntar a un montón de ellas por qué habían dejado de cubrirse el rostro en la semana en la que el gobernador había levantado la mayoría de las restricciones. Luego compartió sus resultados y me etiquetó en una publicación de Facebook preguntando: ¿qué podemos hacer?

Aquí está mi respuesta a esa pregunta. Como todo lo que tiene que ver con el nuevo coronavirus, no hay una bala de plata para alentar el uso de los cubrebocas. Pero podemos buscar ayuda en la ciencia del comportamiento.

3 maneras de promover el uso del tapabocas

En medio de una respuesta de salud pública confusa, a menudo contradictoria y politizada a la pandemia, no debería sorprender que el levantamiento de las restricciones de confinamiento haya llevado a un aumento de casos en 21 estados, incluyendo aquí en Florida donde vivo.

El uso de mascarillas en público es fundamental para contener la pandemia, como concluyó firmemente otro estudio reciente. El distanciamiento social y el lavado de manos, aunque importantes, no son suficientes por sí solos para evitar que el coronavirus se propague. Entonces, ¿por qué, cuando se levantaron las medidas sanitarias en Florida, tanta gente se deshizo repentinamente de sus máscaras faciales?

Aunque la encuesta de mi amiga Kelli en su tienda de abarrotes local y en el mercado de agricultores no fue nada representativa, sí proporciona algunas ideas interesantes. De 27 personas encuestadas:

• Las cuatro personas "cumplidas" dijeron que llevaban un cubrebocas porque tenían miedo del virus, pero tres de ellos también mencionaron el proteger a otras personas y/o hacer lo correcto.
• Entre las 23 "incumplidas", por otro lado: 

• 5 alegaron razones funcionales, como no tener u olvidar su tapabocas, o encontrarla incómoda de usar. 
• Es importante destacar que más de dos tercios simplemente no vieron una razón para usar una mascarilla. O bien sentían que estaban sanos y no corrían riesgos (6), no creían que una máscara facial hiciera la diferencia (7), pensaban que el riesgo de contraer el coronavirus era exagerado (3), o consideraban que era una mentira (1).
• Para quienes están contando, la última persona se encogió de hombros y dijo que no lo sabía.

Más que nada, estas respuestas hablan de la dificultad de fomentar conductas de seguridad cuando nuestros gobernantes federales, estatales y locales están enviando tantos mensajes contradictorios. Pero dado que es poco probable que este estado de cosas cambie pronto, aquí hay tres formas de alentar el uso de cubrebocas a pesar de la falta de una respuesta unificada de salud pública.

Pongamos a trabajar la metodología de Fun, Easy, Popular.

Hazlo divertido (recompensas)

El jueves, mientras Florida establecía otro récord diario de casos positivos con una preocupante tasa de positividad del 12.5%, el condado local donde resido se unió a un mosaico de otros a lo largo del estado para exigir tapabocas en los establecimientos públicos. Pero estos mandatos generalmente no tienen sanciones penales ni un plan para su cumplimiento, lo que significa que el acatamiento seguirá siendo en gran medida voluntario, incluso cuando las restricciones estén vigentes.

Debido a que el uso de la mascarilla es opcional (y delicado), tenemos que tener cuidado de no provocar una reacción, que he llamado el efecto "Jódete, no me digas lo que tengo que hacer". La respuesta es más común durante la adolescencia, pero la mayoría de las personas podemos tocar nuestro adolescente interior cuando sentimos que nuestras libertades de comportamiento han sido restringidas injustamente. En parte porque nuestras autoridades de salud pública recomendaron no usar cubrebocas antes de cambiar de opinión, y en parte porque el uso de una máscara se ha politizado, ahora entra de lleno en la categoría de cosas que mucha gente siente que no debería hacer.

Podemos ayudar a evitar la reacción apoyando la agencia —la capacidad de las personas para tomar sus propias decisiones— y reenmarcando los beneficios lejos de la seguridad personal (para quienes se sienten invulnerables) y hacia una recompensa que realmente les importe.

¿Qué tipo de recompensa podría motivar el uso de tapabocas? Usando la encuesta de Kelli y un "análisis del cumplido/incumplido" proporciona algunas pistas. Mientras que los "cumplidos" usaban mascarillas para protegerse a sí mismos (algo que a los no cumplidos no les importa), también les preocupaba proteger a los demás.

La mayoría de la gente nos preocupamos por nuestra familia y amistades. Y a estas alturas, incluso las personas introvertidas, estamos hartas de estar encerrados en nuestras casas. Así que en lugar de centrarse en el riesgo de contraer la COVID-19, los mensajes con máscara facial pueden ser reformulados para centrarse en recompensas más relevantes, como:

• Promoviendo el "cálido resplandor". Colocar el cubrebocas como un conducta prosocial para ayudar a la gente a sentir las emociones positivas asociadas con la protección de las demás personas.
• Reenfocar el riesgo. Para quienes no se preocupan por contraer la COVID-19, un riesgo más tangible es tener que volver a refugiarse en el lugar. Ayudar a la gente a ver el uso de la mascarilla como una manera de prevenir un segundo confinamiento, lo que los gobernadores de Nueva York y Nueva Jersey (pero no de Florida) ya han advertido con hacer.

Hazlo fácil (habilidades y autoeficacia)

Un buen número de los no cumplidos en la encuesta de Kelli mencionaron barreras funcionales para usar una máscara facial. Encontraron que los cubrebocas son incómodos, no tenían una o la olvidaron en casa. En su sondeo, Kelli también vio a cuatro personas que usaban tapabocas incorrectamente (un problema generalizado). Tres personas "usando" mascarillas las tenían inútilmente puestas alrededor de sus cuellos, y una tercera cubría su boca pero no su nariz.

Aquí hay algunos consejos para abordar estas barreras funcionales, además de la que más me molesta (mis lentes se empañan).

• Darle un nudge a la gente con recordatorios oportunos.
• Coloca carteles afuera de los accesos que recuerden a las personas que se requiere de cubrebocas.
• Sugiere a la gente que mantenga un tapabocas en su coche, bolso o mochila, para que esté siempre disponible. Este tipo de planificación puede reducir la brecha entre la intención y el comportamiento.

Mejor aún, pongan mascarillas en las entradas de forma gratuita o a bajo costo. Los diseños divertidos, como los que se venden en el recién reabierto Orlando Science Center, son un complemento.

• Cuéntale a las personas que usan anteojos acerca este hack de anti-empañamiento.
• Tal vez lo más importante es mostrar y no contar. Usar más imágenes y menos palabras para reforzar los comportamientos preventivos clave.

Hazlo popular (normas sociales)

La semana pasada, asistí a un mitin de Black Lives Matter junto con miles de personas en el centro de Orlando. Un riesgo, sí, pero fue al aire libre y casi todos en una multitud de jóvenes en su mayoría llevaba una máscara facial. A solo unas cuadras de distancia en cualquier dirección, los bares y restaurantes del North Quarter y de Thornton Park estaban llenos de fiesteros con la cara descubierta.

Sin mensajes claros de salud pública de nuestros gobernantes locales, estatales y nacionales, la gente está buscando en sus grupos para establecer las normas sociales preventivas — percepciones de qué conductas suelen ser aprobadas o desaprobadas por otras personas. Quienes organizaron la protesta incluyeron "usar un cubrebocas" en todos sus materiales promocionales y ellas mismas usaron tapabocas.

La buena noticia es que las normas sobre el uso de mascarillas están tan en boga ahora mismo que cualquiera que lea este blog puede ayudar a establecer expectativas para sus propios círculos. Cada madre o padre, persona empresaria y liderazgo comunitario que se preocupe por detener la propagación de la COVID-19 puede aprovechar su influencia como modelos a seguir. Todas las personas podemos usar máscaras faciales y compartir nuestro propio "por qué". 

Como esta semana, cuando dejé un regalo en casa de una colega, resistí el impulso de darle un abrazo y le dije: "me puse este cubrebocas para ti".

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Texto publicado originalmente en el blog de Fun, Easy, Popular, bajo el título «How to Make Face Masks Fun, Easy and Popular».

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* Sara Isaac es la directora de estrategia y planificación de Marketing For Change. No le gusta usar una máscara, pero odia aún más la idea de que Florida se convierta en el próximo epicentro del coronavirus.

** Jorge Guzmán (@JorgeGuzman_) es politólogo y publiadministrativista por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es Coordinador General de Proyectos en BPP A.C.