El aburrimiento, una poderosa herramienta durante el confinamiento


Por James Danckert* (@JamesDanckert) | Traducción por Jorge Guzmán** (@JorgeGuzman_).

El aburrimiento no es un sentimiento que generalmente buscamos. Al descender sobre nosotros en momentos de inacción, el aburrimiento trae inquietud y agitación. En estos tiempos de aislamiento social, puede sentirse siempre presente y sofocante.

Cada día, alrededor de las 4:00 p.m., comienzo a sentirme un poco inquieto. Tras haber terminado el trabajo del día, empiezo a pasearme por mi sala, buscando algo que me ocupe la mente. Podría tomar la guitarra, jugar un poco sólo para dejarla en el suelo insatisfecho. Busco algo que hacer, algo que me haga sentir como si fuera una persona efectiva. Hace unas semanas, en medio de este tipo de aburrimiento, hice un pastel para tener algo que hacer, y así había un producto final que mostrar para mi trabajo. La tarta era horrible, pero hornearla arregló mi aburrimiento, al menos por ese día.

Normalmente intentamos evitar o aplastar los sentimientos de aburrimiento. Pero al tratar de superar el aburrimiento, corremos el riesgo de no atender su verdadero llamado. El dolor es una metáfora útil aquí. La función del dolor no es hacernos sentir heridos. El dolor existe para impulsarnos a la acción y eliminar la fuente del dolor. El aburrimiento no es diferente. La función del aburrimiento no es aburrirnos, es un llamado a la acción. Nos dice que lo que estamos haciendo ahora no nos satisface de forma importante. Pero su propósito no es sólo empujarnos a cualquier acción. El aburrimiento nos anima a elegir acciones que den expresión a quienes somos. Nuestras acciones tienen que importar.

No satisfacer nuestra necesidad de actuar es una de las fuerzas motivadoras de la incomodidad característica del aburrimiento. Cuando nos sentimos aburridos, es molesto precisamente porque queremos hacer algo, pero no podemos entender qué puede ser ese algo. Estamos atascados en lo que Tolstoi llamó "el deseo de los deseos". A un nivel básico, nuestro objetivo es interactuar con el mundo a propósito. Queremos sentirnos capaces. Queremos sentirnos útiles. No satisfacer ese deseo de actuar puede hacernos sentir infructuosos. Es esta sensación de ineptitud la que hace que el aburrimiento sea tan incómodo. Si no nos importara estar aburridos, sentiríamos algo más parecido a la apatía.

En este momento, la amenaza de aburrimiento es aguda. Incluso cuando algunas órdenes de quedarse en casa se levanten, puede pasar un tiempo antes de que la vida vuelva a ser lo que era. Para mucha gente, la variedad normal de cosas que nos gustaría hacer se ha reducido para adaptarse dentro de nuestras cuatro paredes. Para algunas, esto ha llevado a formas creativas de demostrar capacidad de acción, como correr un maratón de siete metros. Incapaz de hacer esta extraordinaria tarea del manera en que normalmente la haría, esta persona atleta encontró una forma de hacerlo de todos modos. No estoy sugiriendo que corrió un maratón por aburrimiento. Más bien, encontró una manera de hacer algo que siempre había planeado hacer, de tal forma que fue capaz de mantener un sentido de agencia a pesar de las restricciones del confinamiento.

En un estudio reciente, los italianos informaron de que la consecuencia negativa número uno del encierro era la "pérdida de libertad". El número dos era el aburrimiento. En un estudio del brote de SARS que afectó a Toronto más que a cualquier otro lugar de América del Norte, el aburrimiento se enumeró como la razón número uno para romper las normas de cuarentena. No es exagerado sugerir que la falta de libertad es, en este caso, la causa fundamental del aburrimiento. Eliminar la actividad corre el riesgo de hacernos sentir al interior en una jaula.

De hecho, hay evidencia de que otros animales también experimentan aburrimiento y lucharán para deshacerse de él. Robert White llamó a esta "motivación de efectividad", entendida como la necesidad de ver que cuando actuamos en el mundo hay resultados medibles que nos importan. Para White, este deseo de ser efectivo, una búsqueda por demostrar nuestro quehacer, es lo que nos alienta a actuar en primer lugar. Uno de los estudios que White señaló como prueba de la motivación de efectividad por medio de examinar la conducta exploratoria en los monos. En el estudio, la recompensa por la que trabajaban los monos era sorprendentemente similar, dada nuestra situación actual. No era, como lo es ahora en la mayoría de las investigaciones sobre primates, una recompensa de jugo. En su lugar, los monos trabajaron en la capacidad de abrir una pequeña ventana que les dio una visión de una parte diferente —y por lo tanto novedosa— del laboratorio. Restringidos y esencialmente en encierro, los simios trabajaron duro para obtener una nueva experiencia. Para White esto era una evidencia de que los animales trabajarían por recompensas que les permitieran explorar su mundo y actuar sobre él de manera decidida.

Entonces, ¿qué debemos hacer con el sentimiento de aburrimiento cuando desciende sobre nosotros? Primero, mantener la calma. El aburrimiento es una sensación inquietante y desagradable que intentamos evitar. Pero en nuestra desesperación no vemos la pregunta verdaderamente desafiante y positiva que plantea el aburrimiento: ¿qué es lo que más te importa? Es difícil de entender si andas deambulando por la casa, lanzándote a cualquier cosa que creas que puede satisfacerte. Segundo, tomar decisiones conscientes. Si el maratón en el que te inscribiste o la boda, evento o fiesta que esperabas se canceló, piensa de forma proactiva en cómo puedes crear una versión modificada. Encuentra maneras de recuperar el control sobre las cosas que te importan, incluso si esos modos no son las que habías imaginado originalmente.

Pero también saber que está bien darse un atracón con el "Rey Tigre" [la miniserie de Netflix] (casi todo el mundo lo ha hecho). Si lo reconoces por lo que es, entretenimiento sin sentido, y te ves a ti misma como la persona que elige hacerlo, el aburrimiento será mínimo. En otras palabras, encuentra maneras de ejercer conscientemente tu capacidad de actuar.

Por último, toma decisiones realistas. Aunque abundan las diez listas de lo que se debe hacer mientras se está aburrido durante la pandemia, no hay obligación de hacer que tu próxima acción sea grandiosa. Puedes empezar a aprender inglés si ese fue un objetivo que siempre tuviste, pero apuntar alto mientras aún estás en confinamiento podría llevarte al fracaso. Para combatir el aburrimiento, no es lo que haces lo que importa tanto como el hecho de que hayas elegido hacerlo.

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Lecturas y recursos adicionales

Danckert, J., & Eastwood, J.D. (2020). Out of my skull: The psychology of boredom. Cambridge, MA: Harvard University Press. (Enlace)

Danckert, J., Mugon, J., Struk, A., & Eastwood, J. (2018). Boredom: What Is It Good For? In H. Lench (Ed.). The function of emotions (pp. 93-119). Springer, Cham. (Enlace)

For a deeper exploration of agency, see the work of Dr. James Moore of Goldsmith University, UK. (Enlace)

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Texto publicado originalmente en Behavioral Scientist, bajo el título «The Threat of Boredom Is a Call to Action».

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James Danckert (@JamesDanckert) es profesor en el Departamento de Psicología y Jefe del Área de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Waterloo.

** Jorge Guzmán (@JorgeGuzman_) es politólogo y publiadministrativista por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es Coordinador General de Proyectos en BPP A.C.

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